La extracción de oro en Mariquina se remonta a fines de 1560 e inicios de 1561 al ser descubierta la Mina Madre de Dios en la zona de Pumillahue. Esta mina fue en el siglo XVI uno de los yacimientos más famosos de América por la calidad de su oro.
En ese entonces, muchos williches y lafkenches murieron debido al trabajo pesado, las enfermedades y la mala alimentación, esta explotación sufrida por los mapuches en la extracción del oro sería uno de los elementos que incentivaron el alzamiento general mapuche en la zona de Valdivia.
Luego de eso, la actividad minera se detuvo durante años y solo a fines del siglo XIX y principos del XX se retomaron los trabajos. Actualmente, la extracción del oro se realiza a través de Concesiones Mineras y de pirquineros artesanales en las zonas de Pumillahue, Colonia Paillaco y Pureo, donde su desafío es poder formalizar su trabajo adquiriendo estas concesiones a ENAMI.
En ese entonces, muchos williches y lafkenches murieron debido al trabajo pesado, las enfermedades y la mala alimentación, esta explotación sufrida por los mapuches en la extracción del oro sería uno de los elementos que incentivaron el alzamiento general mapuche en la zona de Valdivia.
Luego de eso, la actividad minera se detuvo durante años y solo a fines del siglo XIX y principos del XX se retomaron los trabajos. Actualmente, la extracción del oro se realiza a través de Concesiones Mineras y de pirquineros artesanales en las zonas de Pumillahue, Colonia Paillaco y Pureo, donde su desafío es poder formalizar su trabajo adquiriendo estas concesiones a ENAMI.
HISTORIA DE SAN JOSE DELA MARIQUINA (1551 - 1900)
Paulo Pedersen García
"La fama de ultramar de los yacimientos de oro de la mina "Madre de Dios" descubiertos durante el Gob. de don García Hurtado de Mendoza, de la que dan fe antiguos y renombrados cronistas al confirmar que: "era el oro más fino y del más alto quilate econtrado en el reyno de Chile". El P. Rosales añade que: "el oro más celebrado fue el de Valdivia de la minas "Madre de Dios", que están en un Valle a dos leguas de la Mariquina y doce de la ciudad de Valdivia, de donde se saca el más fino oro que se conoce porque se graduó bruto y como sale de la mina en veintitres quilates y dos gramos".
Mucho del oro de las generosas minas de la extensa provincia de Valdivia cooperó durante la conquista y el largo periodo colonial a satisfacer el desmedido apetito de las arcas imperiales que eran como sacos sin fondos. Por más oro que la América enviara al Reino de Castilla, siempre era poco. Con este oro, el Sobernao Carlos V se daba el lujo de financiar a miles de mercenarios que con fines imperiales combatían en los campos de Italia y hasta en las tropicales costas africanas.
De las muchas naves que transportaban grandes cantidades de oro a España, se sabe que fue capturada por Drake en 1578 una que llevaba 30.000 pesos. Los españoles, para evitar incautaciones corsarias, idearon el sistema de conducir el oro oculto entre las manzanas, que ya a la sazón se producía en la zona.
Los hispanos mineros, para resguardarse de los asaltos nocturnos de los nativos, debieron construir "casas fuertes", que consistía en rodear sus moradas de doble corrida de palos puntiagudos, enterrados hasta una rodilla o "tres palmos y bien firmes..." de catorce a quince pies de altura, cual más cual menos. "Abrazados por la parte de adentro de los plantados", con varas que se amarraban a la palizada, "con látigos de cuero crudo (correas) de vaca, que son las comunes sogas de aquella tierra". A su vez, estas viviendas iban circundadas por anchos y hondos fosos con puentes levadizos.
Desde 1561, t-ermino del Gobierno de don García Hurtado de mendoza, la ciudad de Valdivia, autofinanciada con el rico y abundante oro de sus minas, de su próspera ganadería, industria y comercio, se transformó en la segunda ciudad más floreciente de Chile, calificada por los cronistas como "LA CIUDAD CORTESANA" .
Desde 1561, t-ermino del Gobierno de don García Hurtado de mendoza, la ciudad de Valdivia, autofinanciada con el rico y abundante oro de sus minas, de su próspera ganadería, industria y comercio, se transformó en la segunda ciudad más floreciente de Chile, calificada por los cronistas como "LA CIUDAD CORTESANA" .