martes, 27 de marzo de 2012

Parroquia San José


La Parroquia San José también forma parte de los inmuebles que nos legaron los capuchinos. Es uno de los grandes tesoros patrimoniales que posee Mariquina dentro del circuito, que denominamos, Misión Capuchina, área que posee un enorme valor patrimonial para la comuna y que debiera configurarse como Zona de Conservación Histórica .
Su construcción data del año 1950 luego de una larga historia de reconstrucciones e incendios.

 
La primera Capilla de Mariquina fue construida por los Misioneros Jesuitas en el año 1646  siendo edificada por el Padre Francisco de Vargas (1)
Más tarde, el año 1649, comienza la Construcción del Castillo San Luis de Alba de Cruces donde "se instala, en una fecha no precisada, la Residencia Misional de los Jesuitas". 
En el año 1683, esta residencia misional ubicada en el fuerte, se traslada a Toltén Bajo, se mantendría ahí hasta el año 1753, cuando retorna  a Mariquina y se funda la Misión de San José.

"Fundación de la Residencia Misional de San José
La decisión de sumar a la Residencia Jesuita de Cruces, un nuevo asiento Misional en los territorios donde se emplaza San José de la Mariquina, obedeció al gran número de indígenas que habitaban estas tierras y debido a la fertilidad de sus praderas que permitían una fácil explotación agrícola; lo que motiva la fundación de la Misión de San José, en la ribera poniente del Río Cruces, en la naciente Villa San José formada en su mayoría por oficiales y militares del "Castillo San Luis de Alba", que habían abandonado las funciones militares para dedicarse a la agricultura.
La Residencia Misional se ubicó en terrenos cercanos al actual cementerio, a la vez que se inicia el funcionamiento de una escuela". (1)

En el año 1820, en el periodo de Independencia de Chile, los patriotas incendian la Misión de San José y su Iglesia.
"...en los tiempos de Independencia la capilla fue convertida en cuartel por los soldados patriotas, sirviendo de prisión para los realistas que fueron fusilados en el lugar, luego de lo cual se procede a incendiarla. (URIBE 1988)". (1)

Los Franciscanos deciden levantar nuevamente la Misión de San José en el año 1827, ubicándose ahora, en terrenos frente a la actual plaza. Si bien se construye la Misión, su iglesia se levantaría hasta el año 1849 gracias a la iniciativa de los Misioneros Capuchinos llegados en ese año, ellos tenían la intención de "formar, en el futuro, un pueblecito junto a la iglesia, como realmente sucedió después" (1). 
Hacia el año 1876, esta iglesia se hace pequeña y se deteriora, por lo que el Padre Plácido de Verceno inicia las gestiones para construir una nueva y más grande Iglesia de madera, en el mismo lugar donde se encuentra hoy la Parroquia de San José.

Fotografía gentileza de Museo Mariquina

"La solemne bendición de la nueva Iglesia se verificó el 2 de febrero de 1879. Además desde esta misma fecha, se inicia la celebración en la Misión, de la Fiesta de la Candelaria" (1).

En el año 1928 la Misión de San José se convierte en sede del Vicariato Apostólico de la Araucanía, adquiriendo la condición de Cuasiparroquia.

El 15 de abril de 1946, lamentablemente, un nuevo incendio destruye la hermosa Cuasiparroquia de madera. Gracias al esfuerzo de vecinos y de los sacerdotes de la época como el Padre Guido Beck de Ramberga, se consiguen  los fondos necesarios para su reconstrucción, bendiciendo la primera piedra de este templo el 1 de enero de 1947.

Construcción actual Parroquia San José 1947 - 1950
Fotografía gentileza Museo Mariquina







La inauguración del nuevo templo se efectuó el día 5 de diciembre de 1950, el cual, desde el año 2002, con la creación de la Diócesis de Villarrica,  adquiere la condición de Parroquia. Este es el edificio Parroquial  que soportó los embates del terremoto de 1960 y que se mantiene en pie hasta hoy.









 (1) toda la fuente de información y citas textuales corresponden a "Misioneros de la Frontera. Crónica de la Orden Capuchina en la comuna de Mariquina (1849-1987)."
Salustio Saldivia Donicke
Texto: Karin Müller - Andrés Mellado
Fotografía: Museo Mariquina – Karin Müller